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domingo, 8 de mayo de 2016

Cuadernillos de Literatura 4to y 5to año

4to Año, Literatura, 1er Trimestre:



5to Año, Literatura, 1er Trimestre:

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miércoles, 27 de abril de 2016

Leyendas urbanas

El Pombero es... ¿mito o realidad?

v=TvNQGgOLZ8chttps://www.youtube.com/watch?v=TvNQGgOLZ8c

¿Dónde leer sobre leyendas urbanas? ¿Existe alguna clasificación? 

http://mitosyleyendas.idoneos.com/351254/

Propuesta de escritura:
A. Relata una leyenda urbana, si no conoces ninguna tal vez tengas que volver a leer la definición, si aún sigues sin recordar, pregunta entre tus conocidos, seguro tienen alguna para contarte.
B. Realiza un trabajo de campo, anota los nombres de las leyendas urbanas que escuchaste y trata de crear tu propia clasificación. También podés crear una antología de leyendas urbanas. 

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sábado, 25 de octubre de 2014

Cortázar y Girondo. Girondear y cortazear. Volar.

Una recomendación para este fin de semana: Un tal Lucas, de Julio. Imperdible, sus narraciones son exquisitas, dotadas de filosofía, actuales...  Cortázar vivirá por siempre. 


Antes, un poema. Girondo, otro eterno entre nosotros, simples mortales.
¿Que las poleas ya no se contentan con devorar millares y millares de dedos meñiques? ¿Que las máquinas de coser amenazan zurcirnos hasta los menores intersticios? ¿Que la depravación de las esferas terminará por degradar a la geometría?
Es bastante intranquilizador —sin duda alguna— comprobar que no existe ni una hectárea sobre la superficie de la tierra que no encubra cuatro docenas de cadáveres; pero de allí a considerarse una simple carnaza de microbios... a no concebir otra aspiración que la de recibirse de calavera...
Lo cotidiano podrá ser una manifestación modesta de lo absurdo, pero aunque Dios —reencarnado en algún sacamuelas— nos obligara a localizar todas nuestras esperanzas en los escarbadientes, la vida no dejaría de ser, por eso, una verdadera maravilla.
¿Qué nos importa que los cadáveres se descompongan con mucha más facilidad que los automóviles? ¿Qué nos importa que familias enteras —¡llenas de señoritas!— fallezcan por su excesivo amor a los hongos silvestres?...
El solo hecho de poseer un hígado y dos riñones ¿no justificaría que nos pasáramos los días aplaudiendo a la vida y a nosotros mismos? ¿Y no basta con abrir los ojos y mirar, para convencerse que la realidad es, en realidad, el más auténtico de los milagros?
Cuando se tienen los nervios bien templados, el espectáculo más insignificante —una mujer que se detiene, un perro que husmea una pared— resulta algo tan inefable... es tal el cúmulo de coincidencias, de circunstancias que se requieren —por ejemplo— para que dos moscas aterricen y se reproduzcan sobre una calva, que se necesita una impermeabilidad de cocodrilo para no sufrir, al comprobarlo, un verdadero síncope de admiración.
De ahí ese amor, esa gratitud enorme que siento por la vida, esas ganas de lamerla constantemente, esos ímpetus de prosternación ante cualquier cosa... ante las estatuas ecuestres, ante los tachos de basura...
De ahí ese optimismo de pelota de goma que me hace reír, a carcajadas, del esqueleto de las bicicletas, de los ataques al hígado de los limones; esa alegría que me incita a rebotar en todas las fachadas, en todas las ideas, a salir corriendo —desnudo!— por los alrededores para hacerles cosquillas a los gasómetros... a los cementerios....
Días, semanas enteras, en que no logra intranquilizarme ni la sospecha de que a las mujeres les pueda nacer un taxímetro entre los senos.
Momentos de tal fervor, de tal entusiasmo, que me lo encuentro a Dios en todas partes, al doblar las esquinas, en los cajones de las mesas de luz, entre las hojas de los libros y en que, a pesar de los esfuerzos que hago por contenerme, tengo que arrodillarme en medio de la calle, para gritar con una voz virgen y ancestral:
“¡Viva el esperma... aunque yo perezca!”
Oliverio Girondo
Espantapájaros 19

lucas, sus discusiones partidarias

Casi siempre empieza igual, notable acuerdo político en montones de cosas y gran confianza recíproca, pero en algún momento los militantes no literarios se dirigirán amablemente a los militantes literarios y les plantearán por archienésima vez la cuestión del mensaje, del contenido inteligible para el mayor número de lectores (o auditores o espectadores, pero sobre todo de lectores, oh sí).
En esos casos Lucas tiende a callarse, puesto que sus libritos hablan vistosamente por él, pero como a veces lo agreden más o menos fraternalmente, y ya se sabe que no hay peor trompada que la de tu hermano, Lucas pone cara de purgante y se esfuerza por decir cosas como las que siguen, a saber:
—Compañeros, la cuestión jamás será
planteada
por escritores que entiendan y vivan su tarea como las máscaras de proa,
adelantadas en la carrera de la nave, recibiendo
todo el viento y la sal de las espumas. Punto.
Y no será planteada
porque ser escritor poeta
novelista
narrador
es decir ficcionante, imaginante, delirante,
mitopoyético, oráculo o llámale equis,
quiere decir en primerísimo lugar
que el lenguaje es un medio, como siempre,
pero este medio es más que medio,
es como mínimo tres cuartos.
Abreviando dos tomos y un apéndice,
lo que ustedes le piden
al escritor poeta
narrador
novelista
es que renuncie a adelantarse
y se instale hic et nunc (¡traduzca, López!)
para que su mensaje no rebase
las esferas semánticas, sintácticas,
cognoscitivas, paramétricas
del hombre circundante. Ejem.
Dicho en otras palabras, que se abstenga
de explorar más allá de lo explorado,
o que explore explicando lo explorado
para que toda exploración se integre
a las exploraciones terminadas.
Diréles en confianza
que ojalá se pudiera
frenarse en la carrera
a la vez que se avanza. (Esto me salió flor.)
Pero hay leyes científicas que niegan
la posibilidad de tan contradictorio esfuerzo,
y hay otra cosa, simple y grave:
no se conocen límites a la imaginación
como no sean los del verbo,
lenguaje e invención son enemigos fraternales
y de esa lucha nace la literatura,
el dialéctico encuentro de musa con escriba,
lo indecible buscando su palabra,
la palabra negándose a decirlo
hasta que le torcemos el pescuezo
y el escriba y la musa se concilian
en ese raro instante que más tarde
llamaremos Vallejo o Maiakovski.
Sigue un silencio más bien cavernoso.
—Ponele —dice alguien—, pero frente a la coyuntura histórica el escritor y el artista que no sean pura Torredemarfil tienen el deber, oíme bien, el deber de proyectar su mensaje en un nivel de máxima recepción. -Aplausos.
—Siempre he pensado —observa modestamente Lucas— que los escritores a que aludía son gran mayoría, razón por la cual me sorprende esa obstinación en transformar una gran mayoría en unanimidad. Carajo, ¿a qué le tienen tanto miedo ustedes? ¿Y a quién si no a los resentidos y a los desconfiados les pueden molestar las experiencias digamos extremas y por lo tanto difíciles (difíciles en primer términopara el escritor, y sólo después para el público, conviene subrayarlo) cuando es obvio que sólo unos pocos las llevan adelante? ¿No será, che, que para ciertos niveles todo lo que no es inmediatamente claro es culpablemente oscuro? ¿No habrá una secreta y a veces siniestra necesidad de uniformar la escala de valores para poder sacar la cabeza por encima de la ola? Dios querido, cuánta pregunta.
—Hay una sola respuesta —dice un contertulio— y es ésta: Lo claro suele ser difícil de lograr, por lo cual lo difícil tiende a ser una estratagema para disimular lo difícil que es ser fácil. (Ovación retardada.)
—Y seguiremos años y más años —gime Lucas—
y volveremos siempre al mismo punto, ya que éste es un asunto lleno de desengaños. (Débil aprobación.) Porque nadie podrá, salvo el poeta y a veces, entrar en la palestra de la página en blanco donde todo se juega en el misterio de leyes ignoradas, si son leyes, de cópulas extrañas entre ritmo y sentido, de últimas Thules en mitad de la estrofa o del relato. Nunca podremos defendernos porque nada sabemos de este vago saber,
de esta fatalidad que nos conduce
a nadar por debajo de las cosas, a trepar a un adverbio
que nos abre un compás, cien nuevas islas,
bucaneros de Remington o pluma
al asalto de verbos o de oraciones simples
o recibiendo en plena cara el viento de un sustantivo
que contiene un águila.
—O sea que, para simplificar ––concluye Lucas tan harto como sus compañeros— yo propongo digamos un pacto.
—Nada de transacciones —brama el de siempre en estos casos.
—Un pacto, simplemente. Para ustedes, el primum vivere, deinde filosofare se vuelca a fondo en el vivere histórico, lo cual está muy bien y a lo mejor es la única manera de preparar el terreno para el filosofar y el ficcionar y el poetizar del futuro. Pero yo aspiro a suprimir la divergencia que nos aflige, y por eso el pacto consiste en que ustedes y nosotros abandonemos al mismo tiempo nuestras más extremadas conquistas a fin de que el contacto con el prójimo alcance su radio máximo. Si nosotros renunciamos a la creación verbal en su nivel más vertiginoso y rarefacto, ustedes renuncian a la ciencia y a la tecnología en sus formas igualmente vertiginosas y rarefactas, por ejemplo, las computadoras y los aviones a reacción. Si nos vedan el avance poético, ¿por qué van a usufructuar tan panchos el avance científico?
—Está completamente piantado —dice uno con anteojos.
—Por supuesto —concede Lucas—, pero hay que ver lo que me divierto. Vamos, acepten. Nosotros escribimos más sencillo (es un decir, porque en realidad no podremos), y ustedes suprimen la televisión (cosa que tampoco van a poder). Nosotros vamos a lo directamente comunicable, y ustedes se dejan de autos y de tractores y agarran la pala para sembrar papas. ¿Se dan cuenta de lo que sería esa doble vuelta a lo simple, a lo que todo el mundo entiende, a la comunión sin intermediarios con la naturaleza?
—Propongo defenestración inmediata previa unanimidad —dice un compañero que ha optado por retorcerse de risa. —Voto en contra —dice Lucas, que ya está manoteando la cerveza que siempre llega a tiempo en esos casos.

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martes, 22 de octubre de 2013

Carta al padre, Franz Kafka

Carta al padre es una novela corta escrita por Franz Kafka, autor también de La metamorfosis. La primera es una obra literaria realista, o muchos lo llamarían hoy en día, un relato de no ficción, porque está basada en la vida real del autor. Kafka no quiso publicar esta carta, pero, luego de su muerte, su amigo y discípulo lo hizo por él. La metamorfosis, en cambio, puede encuadrarse dentro del género fantástico, aunque también podría encuadrarse dentro de la vanguardia surrealista. 

Disfruten de estas obras maravillosas, de lectura rápida pero muy profundas:

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domingo, 26 de junio de 2011

Lectura recomendada: Como agua para chocolate. (novela)

"-Como ve, todos tenemos en nuestro interior los elementos necesarios para producir fósforo. Es más, déjeme decirle algo que a nadie le he confiado. Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.

Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerte, lleno de frío, es el único que podría dárselo.

¡Qué ciertas eran estas palabras! Si alguien lo sabía era ella.

Desgraciadamente, tenía que reconocer que sus cerillos estaban llenos de moho y humedad. Nadie podría volver a encender uno solo.

Lo más lamentable era que ella sí conocía cuáles eran sus detonadores, pero cada vez que había logrado encender un fósforo se lo habían apagado inexorablemente.

John, como leyéndole el pensamiento, comentó:

-Por eso hay que permanecer alejados de personas que tengan un aliento gélido. Su sola presencia podría apagar el fuego más intenso, con los resultados que ya conocemos. Mientras más distancia tomemos de estas personas, será más fácil protegernos de su soplo.

Tomando una mano de Tita entre las suyas, añadió: -Hay muchas maneras de poner a secar una caja de cerillos húmeda, pero puede estar segura de que tiene remedio.

Tita dejó que unas lágrimas se deslizaran por su rostro. Con dulzura John se las secó con su pañuelo.

-Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno a uno. Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos de un solo golpe producen un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte... Desde que mi abuela murió he tratado de demostrar científicamente esta teoría. Tal vez algún día lo logre. ¿Usted qué opina?"

El placer de la lectura lo encuentro cuando estoy dentro de la historia, puedo imaginar a cada personaje, a cada lugar, como si fuese una película... ustedes encuentran placer en la lectura, hay alguien ahí? mi tan tan abandonado blog... 

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lunes, 2 de agosto de 2010

4° Polimodal Cere, Perito Moreno

Eje de estudio: Mirada trágica
(CERE; Perito Moreno)

Hola chicos del Perito. Seguramente sabrán que el acto se pasa al 3 de diciembre ¿Qué suerte no?
Por otra parte, el miércoles faltaron absolitim todos... la evaluación no se puede mover, ya que las fechas son oficiales, espero que estudien... Saludos.

Cuentos
Electra; El reñidero
Bodas de sangre

Discurso para Evelin Camacho y Johana Justet

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